Katherina Fernández (al centro) lidera el proyecto de aerogeles. En la fotografía, junto a su equipo de trabajo en la UdeC.

Utilizando extractos naturales y el soporte de óxido de grafeno, investigadores de la Universidad de Concepción han dado con un material inteligente, que es capaz de detener hemorragias y activar la curación de heridas. Es una investigación que se extenderá por cuatro años y que entusiasma a sus creadores porque el producto es único. Esperan probar su eficacia y, también, que alguna institución, más adelante, se interese en producirlo en gran escala.

La elaboración de una esponja a base de óxido de grafeno para el tratamiento de heridas con sangramiento -profuso o crónico-, con propiedades antibacterianas y antimicrobianas, es uno de los proyectos que se desarrolla actualmente en el laboratorio de Biomateriales del Departamento de Ingeniería Química de nuestra Facultad de Ingeniería.

La investigación en el laboratorio de Biomateriales es variada, pero la docente e investigadora del CIV UdeC, Katherina Fernández, destaca el proyecto Fondecyt que actualmente encabeza, y que está en la línea de la elaboración de materiales con aplicaciones biomédicas, específicamente hemostáticas, es decir en el tratamiento de heridas. “Estoy trabajando en esa línea desde hace cuatro año, pero este proyecto está enfocado a desarrollar materiales para una aplicación hemostática, una temática no explorada en nuestro país, en la cual se comenzó trabajando con polímeros, llegando a un material mucho más disponible y más barato, como lo es el óxido de grafeno, entonces hoy estamos desarrollando unas esponjas llamadas aerogeles, base a estos materiales grafiticos, particularmente hechos de grafema”, expresó.

Y es que como menciona la docente, el óxido de grafeno, es parte de los llamados materiales grafíticos, como el nanotubo de carbono, que se caracteriza por sus numerosas aplicaciones derivadas de sus propiedades, tanto eléctricas como mecánicas, y una de ellas es en la biomédica.

Actualmente el proyecto, en el que también colaboran además académicos de Ingeniería Civil de Materiales- entre ellos Manuel Meléndrez-, Ciencias Biológicas y Química y Farmacia, se encuentra en la etapa de elaboración de materiales, capacidad de coagulación de éstos y evaluación de toxicidad en células sanguíneas, ya que la idea es desarrollar distintos enfoques, el primero para sangramiento profuso y el segundo para heridas crónicas. “Lo que tenemos físicamente hoy es una esponja creada a base de óxido de grafeno, la cual al término de esta investigación dará pie a la creación de un parche tanto para el tratamiento de heridas agudas, en las cuales se necesita la absorción de mucha sangre y que se active rápidamente la cascada de coagulación, como para heridas crónicas, como el pie diabético o úlceras”, dijo Fernández.

“Nosotros generamos conocimiento, pero la idea es que los resultados de esta investigación se puedan transferir a alguna empresa”, dice Katherina Fernández.

Su objetivo es que al final de los cuatro años del proyecto, existan dos productos, donde el efecto esté realmente probado.

Es alentador que el material funcione químicamente in vitro, es decir, con sangre extraída y en forma estática. Pero su idea es probar el aerogel en un instituto alemán donde se estudian superficies hemocompatibles, que simulan el flujo de la sangre y representan su velocidad en el cuerpo humano. Allí, en condiciones lo más parecidas a la realidad del cuerpo, se verá realmente la efectividad del material. Espera viajar a Europa durante todo el próximo año.


“Nosotros generamos el conocimiento, pero la idea es que los resultados de esta investigación se puedan transferir a alguna empresa que esté interesada en patentar nuestro aerogel. Queda mucho camino por recorrer, pero confiamos en que vamos a tener productos eficaces, porque los resultados hasta aquí han sido alentadores. El aerogel que desarrollamos es único en sus características. Obtenemos parte de su composición de materiales de desecho o de subproductos y estos extractos reemplazan a químicos que podrían ser más costosos.  Al ser de bajo costo, su producción a escala será también mucho más barata y podrá competir con otras alternativas del mercado. Sé lo que hay desde el punto de vista técnico en materia de control de hemorragias y de tratamiento de heridas complejas y puedo decir que no hay otro producto como éste actualmente”, enfatiza Katherina Fernández.

El sueño de este grupo de investigadores es aportar un material a la Biomedicina que mejore los primeros auxilios, que contribuya el desarrollo de las cirugías y que aporte en el control de las hemorragias y heridas complejas. También que los pacientes de enfermedades crónicas, que sufren por las complicaciones de sus lesiones y por el costo de sus tratamientos, se vean beneficiados con el alcance de esta tecnología.  Ellos ponen su talento, constancia y conocimiento, y esperan que las instituciones reconozcan el esfuerzo y logren traducir sus hallazgos en productos disponibles en el mercado.

Si todo va bien, el aerogel que se incuba hoy en la UdeC podría ver la luz  para hacer más eficiente el trabajo médico que trata estos traumas y quizás transformarse en un infaltable del botiquín que ayude a más personas a sanar hasta las heridas más cotidianas.